El día 05-11-10 varios alumnos de tercero segunda y tercero tercera, junto a una profesora a cargo realizaron su viaje de egresados a Villa Carlos Paz Córdoba.
En el viaje realizamos varias excursiones y vivimos y sentimos lo que es compartir una semana juntos, lo que fue una gran experiencia.
El primer día desayunamos en “Mundo Fantástico”, un complejo acuático con comedor, piscinas y muchas atracciones. “Ese fue el comienzo de la aventura”, ya que ahí se empezaron a conocer las caras, y las personas con quien compartiríamos una semana.
Luego del desayuno, nos juntamos en la pista principal del comedor que era una especie de “lugar bailable”. Allí la pasamos genial junto a los coordinadores con sus divertidas coreografías, algo realmente inolvidable. En ese momento no existía la vergüenza ni la equivocación, todos seguíamos los pasos y la pasamos en verdad muy bien, a todo ritmo y diversión, tuvimos un buen recibimiento y empezamos una linda jornada.
Para el mediodía fuimos al hotel Casa Blanca situados en la Villa, donde teníamos una privilegiada vista al lago que estaba justo atrás. Y el hotel con excelentes lugares para descansar y pasarlo genial. Las habitaciones muy bien ambientadas... pero nadie tenía “como nuestra habitación”... que era como un departamento con dos baños y siete camas, ¡¡¡la envidia de todos los que entraban a mirar!!!!.
Esa noche conocimos el comedor del hotel, y nos dirigimos a cenar para después regresar a las habitaciones para marchar hacia el “primer día de boliche”, algo imperdible.
En el segundo y tercer día ya teníamos formados varios amigos que venían de otras escuelas, en nuestro colectivo compartíamos con chicos de la ciudad de Margarita Belén, del colegio Pablo Richary y otras dos instituciones más, una verdadera locura.
Ente las excursiones: conocimos un balneario espectacular con saltos y piedras, y también una playa muy bonita en la ciudad de Cosquin, a unos 400 km de la villa; y esas noches de boliche fueron las mejores, tuvimos la “fiesta de disfraces” y “noche flúor”. En esas fiestas había personas de distintas provincias, algo buenísimo porque conocí gente de Bs As, Córdoba, Misiones, San Juan, Salta y Formosa.
El cuarto día regresamos a Mundo Fantástico en donde nos sumergimos en los toboganes de agua y las piscinas, lástima que hacía mucho frío, pero eso no fue impedimento para que Erika, Marcelo, Raúl y yo no nos metamos a disfrutar de esas atracciones, a pesar de que te morías de lo helada que estaba el agua. A la tarde tuvimos libre para descansar y hacer lo que queríamos en el hotel. Nosotros junto con las chicas tomamos tereres y nos divertimos toda la tarde jugando al truco en la habitación, pero al final de todo no pudo faltar “la guerra de almohadas y las corridas en la habitación”, algo muy especial porque sentía que “volvía a ser chico”, porque hace mucho no me divertía tanto con mis amigos.
El quinto día, fue en el que más fotos nos sacamos porque conocimos “Wave Zone” un parque acuático, y un lago llamado “El Pozo de López”, en donde nos contaron una historia sobre aborígenes y los misterios que tenía escondido ese lugar. Se podía sentir la magia que se revelaba ante la majestuosidad del lugar, una atracción definitivamente imperdible para no dejar de conocer en Córdoba, y porque no embarrarse y mojarse con tal de pasarlo lo mejor posible. Luego de una bajada de casi 3 km desde la montaña hasta ese lago, nos contaron que allí los indios nativos de esa zona tomaban el agua del lago con las infinidades de piedras de Cuarzo (un mineral de las montañas) esparcidas por todos lados, “y pedían un deseo”, lo que hicimos todos, con gran sinceridad y fue algo realmente emocionante. “Yo pedí que nuestro equipo de Hockey gane algún partido”, cosa que nunca pasa, pero me gustó la experiencia.
El sexto día fue el más largo, conocimos un complejo llamado “el Pinar” en donde comimos un rico asado con la mejor carne de Córdoba. Después del almuerzo los chicos se prepararon para ir a un juego en donde tenían que embarrarse, nosotros no nos metimos pero igual la pasamos bien jugando al truco y tomando tereres.
A la noche tuvimos nuestra despedida, fuimos a un lugar espectacular con la mejor vista de toda la Villa, a nuestra “cena de vela”. Un momento muy especial en donde compartimos una rica cena y nos pusimos muy contentos al sentirnos rodeados de las personas que más queríamos, ya que ese era el objetivo de la ocasión. Luego de la cena brindamos y bajamos a un lugar en donde compartimos historias y pasamos un momento inolvidable en donde sólo importaron los sentimientos y todos empezamos a demostrar lo que sentíamos. “Yo sinceramente me quebré al escuchar las palabras de mis compañeras”, y junto al llanto y la más emocionante experiencia subimos todos felices rumbos a los colectivos a emprender el viaje de regreso a casa.
Una gran experiencia sin duda, fue un gran viaje, inolvidable para muchos y en donde conocimos muchísimos lugares que serían muchísimos para contar, y personas geniales con las cuales ahora tenemos contacto vía celulares y Facebook.
Pero lo mejor de todo fue que en el colectivo de regreso a Chaco, empezamos a jugar al truco con nuestros compañeros, “pero por prendas”, y Erika y yo perdimos y nos tuvieron que pintar toda la cara. Pero fue re lindo ver que después todos se engancharon y se pintaron como nosotros para quedar “todos iguales y bajarnos así para darles un raro recibimiento a nuestros padres”, eso fue lo mejor de todo, porque no había diferencias, “éramos todos iguales”, y bajamos todos como verdaderos compañeros, en sí, la mejor experiencia.
Leandro Romero 3º2º
