Ivan Sagarduy - 14 noviembre 1937

Que mejor manera de festejar su cumpleaños que recordar la jornada de realización del mural del frente del colegio, broche de oro de las actividades por la imposición del nombre del C.E.P N°2.
Un tributo al profesor Iván Sagarduy...una hermosa recreación de sus obras...

Cuando llegué al colegio a las 9:15 las profesoras de arte se encontraban allí desde muy temprano, esperando que los albañiles terminen de revocar la última capa.
Ya que la técnica de este mural (esgrafiado) consiste en realizar varias capas de revoque, coloreadas con ferrite, las cuales, al ir tallándose en diferentes profundidades, van formando el dibujo deseado en diversas dimensiones y colores.
Esperando, nos pusimos a charlar y a tomar unos teres, y así se pasó casi una hora; al fin los albañiles terminaron y ya podíamos comenzar a trabajar.
Las profes se pusieron en marcha, subieron al andamio y comenzaron a dibujar sobre el revoque fresco, con tizas de diferentes colores guiándose por el boceto que realizo la profe Licha Bernal. Una hermosa síntesis de las obras del Profesor Iván Sagarduy.
Por otro lado yo era la ayudante en tierra firme, le pasaba las herramientas necesarias, ya que arriba del andamio apenas cabían las artistas. En él se encontraban las profesoras: Rosana Polidori, Licha Bernal, Gabriela Flores y Adriana Oplanich, trabajando rápidamente; ya que uno de los aspectos negativos que tiene esta técnica es que se tiene que realizar mientras el cemento está fresco, porque si se endurece es imposible tallarlo con gubias y se tendría que realizar con herramientas más avanzadas y peligrosas.
Eran las diez de la mañana aproximadamente y el sol ya comenzaba a pegarnos de lleno, pero las profes tenían tanto entusiasmo que ni se daban cuenta del calor. Justo en ese momento apareció la profe Estela Fernández. Ella tomó las primeras fotos, y nos proporcionó protector solar y toallas para limpiarnos, ya que al ir tallando, el cemento nos caía encima en forma de polvillo.
Un rato después llego Romina Corrales con la viandita (albondiguitas de carne riquísimas). Las profes encargaron mas comida y fueron bajando , menos Polidori, que tenía vértigo, y se quedó arriba del andamio. Cuando llegó la comida que habían encargado casualmente en la rotisería de la familia sagarduy el moto mandado nos dijo que ya estaba pagado, fue un presente de la viuda de Sagarduy, por el reconocimiento que se le otorgaba a su marido.
Luego del improvisado y rápido almuerzo las profes volvieron rápidamente a trabajar.
Ya era cerca del medio día, se hizo el horario de entrada del colegio.
Comenzaron a llegar los alumnos y de pronto vimos compañeros que venían llorando, allí nos enteramos que una compañera de 2°2° tuvo un accidente a pocas cuadras del colegio, y estaba muy mal. El colegio ese día fue un caos y nosotras teníamos que terminar antes de las 18:30 porque a esa hora venían a retirar el andamio. El entusiasmo no era el mismo después de la noticia pero le pusimos pilas.
Se hicieron las cuatro de la tarde y las profes no daban más, y como vieron que tenía tantas ganas de subir me dejaron ayudarlas allí arriba. El calor era cansador, la transpiración formaba un engrudo con el polvillo y era súper incomodo, sin contar que también se te metía en los ojos y no te dejaba ver bien. Pero estaba tan entusiasmada, me gustó tanto la técnica, el sol y el calor ya no me procupaban.
Le ofrecimos a Romi que suba pero ella prefirió quedarse abajo, cuidando las cosas y a limpiando.
Las horas pasaron y el mural estaba casi terminado, cuando vinieron a buscar el andamio súper puntuales. Las profes le pidieron media hora más para darle los últimos retoques y los chicos nos hicieron el aguante hasta las 19:00.
Licha Bernal escribió nuestros nombres a un costado, como una marca registrada.
Y al fin terminamos, el mural quedó hermoso y valió la pena tanto trabajo.

DAIANA DINO 3º3º